Primer premio, (Año II, junio 2010)
Renuncio al paraíso
Junto a la tapia está tu higuera; yo me acuesto debajo para que me golpeen tus higos.
Bajo mi cuerpo está la tierra, y en ella una gran caja.
En la caja una última mirada, y en la mirada estoy yo, que me hago hueco en tus pupilas.
De tus pupilas crecen higos, que resbalan por tus mejillas y me caen otra vez encima.
Yo te quise plantar al otro lado de la tapia, pero no había sitio para las “putas”, y menos para las “putas fusiladas”.
Ahora que me planten a este lado de la tapia, junto a tu caja, porque ya no quiero probar otros higos.